5/3/13

TODO PASA


Si hoy usted amaneció feliz, ponga mucha atención a este mensaje pero, si al contrario, hoy fue uno de los días más difíciles para usted, entonces ponga aun más atención pues ciertamente usted cambiará la forma de ver a su problema.

       Había en un pueblo lejano, un rey muy orgulloso que no admitía que tuviese en su reino a una persona más inteligente que él. La persona en cuestión, era su mayordomo.
 
       A causa de la extrema inteligencia del mayordomo, el rey decidió armar una emboscada para él, haciendo así con que todos en el reino reconociese apenas a él, el rey, como el hombre más inteligente del reino. El rey decidió hacer una fiesta y pidió a su mayordomo que grabase en la corona real una frase conmemorativa que, lo dejase triste cuando estaba alegre y alegre cuando estuviese triste. Caso el mayordomo no lograse realizar el desafío, la paga seria la muerte. Él tenía apenas 24 horas de plazo.

     Al llegar en la casa, él pensó y pensó, pero no lograba encontrar la frase que dejase el rey triste cuando estuviese alegre e alegre cuando estuviese triste. Pasó la noche y cuando llegó el día, el mayordomo aun sin tener la frase ideal empezó a despedirse de sus familiares pues creía que iba morir. Cuando fue a despedirse de su amada esposa, él sorprendentemente pensó en la frase que cambiaria todo. Su inteligencia no lo había abandonado. Muy feliz e inmediatamente, escribió en la corona la frase más sabia del mundo y la llevó a su rey, logrando así salvar su vida.

    Ya en la fiesta, en el momento en que el rey pidió la corona para que todos de su reino la admirasen y viesen que el más inteligente era él, preguntó al mayordomo con aire de sabiduría si acaso él había cumplido con el desafío.
  El mayordomo sin pensar dos veces le dijo que si. Muy desconfiado y curioso, el rey leyó lo que su rival había escrito y se sorprendió con tamaña inteligencia. Él como era un hombre de palabra, reconoció públicamente que, verdaderamente, él no era el más sabio del reino y si su mayordomo. La frase era: Todo pasa.

Si hoy fue uno de aquellos días muy duros al punto de usted haber se arrepentido de salir de la cama, acuérdese: Todo pasa y alégrese por saber que días mejores vendrán. Pero, si su día fue estupendo y todo le va bien, acuérdese: Todo pasa y no deje que esa euforia le robe las ganas de seguir orando en la fe de la indignación por sus hijos. Los días malos llegan, pero si nos preparamos para ellos, el mal siempre será más chico.

Siempre juntas en oración.

Ana Claudia G. Brito - México

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