19/9/12

ELLA NO IMPONE


 
Aun que esa característica estuviera a mi disposición por toda la vida a través de mis padres, yo no me di cuenta de ella hasta que descubrí lo cuanto ya me había equivocado, intentando imponer mi manera, mis pensamientos, y mis expectativas a los demás. En un bello día, cuando me despedía, luego de presentar el programa “Cosas de Mujer” en vivo, me hicieron un homenaje sorpresa y grabaron a mi padre hablando sobre mi. Él habló muy bonito, me hizo elogios, pero en medio a esos elogios, dejó salir una gran verdad que fue como una flecha en medio de mi frente: “Ella a veces es muy justa, pero…” Me fui del programa pensando en aquel pequeño comentario, lo que me hizo olvidar todos los demás elogios… fue cuando me di cuenta de un defecto horrible que cargaba a nombre de “ser mejor” y “hacer más y mejor”. Por querer ser muy justa, acababa imponiendo mi manera de ser a los demás. Mi hijo fue el que más sufrió con eso, pobrecito… yo quería a fuerzas que él tuviera un carácter divino, y en esa mi insistencia, lo hacía desviarse cada vez más de todo lo que era bueno. Aquello me corroía por dentro… Todos mis planes para él, desde el día que lo adopté, quedaban más lejos, el dolor en mi alma me ahogaba. 

Cuando me acuerdo, me da ganas de volver atrás y hacer todo diferente, hacer de la manera que mis padres hicieron conmigo. Pero, ¿de qué sirve ahora? Lo mejor que podemos hacer es aprender y dejar de equivocarnos, ¿verdad? Y fue lo que yo hice.

Aprendí que nuestros planes tienen que ser hechos por la fe, y la fe es creer, aun cuando todo a su rededor muestra lo contrario. Fe es perseverar, pase el tiempo que pasar. Fe es saber que Dios no le dará el cumplimiento de sus planes de la misma forma que Ud. proyectó en llegar a él, pero Él lo hará – ¡confíe!

Para una mujer como yo, que le gusta la organización, saber como será todo, de programarme – ese fue uno de los sacrificios que más me dolió. Sacrificar a mi hijo, el futuro de él, con quien se casará, o sea… todo que antes me gustaba planear, dar una ayudita, hacer algo, meter mis deditos… sacrifiqué.

Sacrifiqué imponer lo que yo quería, y ahora si, será hecha la voluntad de Dios.



No hay comentarios: