17/7/13

CUANDO LA HOJITA EN BLANCO SE LLENA


Mamá, desde que aun están en nuestro vientre hacemos planes para nuestros hijos. Desear que sean bien sucedidos, que sean felices y nos enorgullezca por su crecimiento y prosperidad es algo que hace parte de todas nosotras.
Podemos contribuir para que todos esos deseos se tornen realidad, cuando hay en nosotras buenos ejemplos a ser imitados por nuestros hijos.

Cuando nacen, son como una hojita en blanco, necesitan aprender todas las cosas, están totalmente entregados a los cuidados de la madre: comen lo que ella les ofrece, estarán limpios y perfumados si ella cambia sus pañales y los baña, estarán abrigados se ella los viste. ¡Pero no es solo eso!
Ellos imitan, copian actitudes, aprenden las palabras que siempre escuchan, registran sus gestos, pues están absorbiendo todo a su rededor, sedientos de aprendizaje e informaciones, todo es novedad, todo aun es desconocido.

Por esa razón vemos a tantos niños mal educados, que hablan majaderías, que golpean a sus coleguitas, que gritan, que pelean, que no quieren compartir los juguetes, y la lista es grande…
Pero, la culpa no es de ellos. Ellos solo están imitando lo que han visto en la casa, en su entorno, todos los días. Madres que gritan, golpean, insultan, hablan majaderías, están siempre nerviosas, sin tiempo para dar cariño, jugar, enseñar, amar…

Y así, aquella hojita en blanco empieza a llenarse, registra todas esas malas informaciones y no sabe que no debe imitar a ese proceder, pues ella no conoce a otro, son los ejemplos que tiene en la casa. Así que, no se puede querer que el hijo se porte bien si él no aprendió eso con sus ejemplos. No sirve de nada decir al niño que se porte bien en la casa del vecino, de los familiares, en la escuela, no insultar, no gritar, no maldecir, etc., si lo que él vive en su casa todos los días es exactamente el opuesto, él ya tiene adentro suyo los malos ejemplos registrados y no podrá cambiar su manera de ser solo cuando está cerca de los demás.

Mamá, su ejemplo habla más que mil palabras. Su hijo no dará importancia al que usted dice para él hacer o no, pero si, imitará lo que usted hace. Si usted reconoce que ha sido un mal ejemplo para sus hijos, no se desespere, ésta es la oportunidad que usted tiene para hacer una oración y entregarse en las manos de Dios para que Él venga moldear a usted y tornarla el ejemplo perfecto para sus hijos seguir. Nunca es tarde, Dios le ayudará.

Queridas lectoras nos deje sus comentarios y opiniones.

Madres no desisten de sus hijos.

Sandra Lages

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es verdad los hijos son lo que los padres enseñan a ser, hay hijos que hasta delante de los padres son bien portados porque si ellos hablan groserias, o golpean a alguien delante de ellos les ira mal, pero ellos solitos simplemente imitan el comportamiento que aprendieron en casa...

Elisa Ontiveros