15/8/12

MADRES NO DESISTEN DE SUS HIJOS


 
El poder generar un hijo, es un gran regalo que las madres reciben de Dios, pero, no es solo eso, es mucho más.
Dedicamos horas cuidándolo con mucho cariño, hacemos de todo para el bien estar de ese ser tan querido que gana inmediatamente todo nuestro amor. No es una tarea fácil, muchas veces protegemos exageradamente nuestro hijo, no queremos que sufra, que pase ningún tipo de necesidad, y a causa de eso, muchas madres salen a trabajar por horas y horas dejándolo con alguien para cuidarlo, con la intención de dar lo mejor para su pequeño amor, pero, lo que muchas no saben, es que lo que él realmente quiere y precisa, es de la presencia, de la atención y del cariño de esa madre, y no cambia eso por ningún bien material que ella pueda darle.
Nadie puede dar a un hijo lo que solo está en poder de la propia madre. Las mamás cuando están generando un hijo, también se están formando, se están capacitando para recibir y cuidar de su amado hijo, ninguna otra persona tendrá esa misma capacidad, hasta puede tener muy buena voluntad, puede que le guste mucho a los niños, pero cada mamá es capacitada de una manera especial para cuidar a su propio hijo.
Para ello, debemos estar constantemente a los pies del Señor Jesús en oración, debemos pedir a Él dirección, amor, paciencia y mucha sabiduría, pues a veces nos equivocamos, de tanto querer hacer lo correcto. Privamos nuestros hijos de tareas que en realidad ellos necesitan ejecutar para madurar, pero no les permitimos solo para protegerlos y ahí es cuando nos equivocamos. Ellos necesitan crecer, necesitan aprender con disciplina y reglas, cosas que harán toda la diferencia cuando sean adultos.
Veo la grande importancia del grupo Madres en Oración, pues con nuestra perseverancia y fe podemos traer a la existencia lo que aun no es realidad en la vida de ellos. Los hijos crecen, y por cierto, el tiempo pasa muy rápido. Aun traemos en la memoria aquellos días en que cargábamos nuestro pequeño en los brazos, pero ellos se tornan adultos, toman sus propias decisiones, siguen sus propios caminos, y muchas veces no eligen el mejor camino. Aun que tengamos enseñado, orientado, llega un día en que ellos deciden y podemos decepcionarnos con esas decisiones.
Asimismo, nosotras que somos Madres en Oración, tenemos total certeza que independientemente de la elección de nuestros hijos, Dios transformará toda y cualquier situación, haciendo de ellos grandes hombres y mujeres de Él.
La frase que llevo conmigo diariamente es: Madres no desisten de sus hijos… ¡y el grupo Madres en Oración existe para confirmar esa grande verdad!

¡Que Dios bendiga a todas las mamás!

Sandra Lages

1 comentario:

Kercia dijo...

muito forte, para educar uma criança é preciso muita sabedoria, e quem melhor que Deus para dá, por isso a necessidade de viver em oração...