Nosotras las mamás siempre estamos conversando, compartiendo
pensamientos, hablando del cuanto queremos ver a nuestros hijos bien sucedidos
en la vida, queremos enseñarles el camino de la felicidad… Pero, noto algo
común en algunas de ellas: quieren dar a sus hijos aquello que ellas mismas no
tienen. ¡Nosotros somos una trinidad! Somos cuerpo, alma y espíritu. Y si no
tenemos esas tres áreas de nuestra vida llenadas, nos sentimos frustradas, incompletas,
insatisfechas.
Necesitamos alimentarnos de forma saludable y ejercitarnos para
tener un cuerpo fuerte y saludable, necesitamos nos relacionar con las
personas, tener amistades, un amor, recibir atención y cariño de ellas para
saciar nuestra alma, que se alimenta de amor, pero, la más importante es el
área espiritual, pues si somos cuerpo, alma y espíritu, necesitamos alimentar
el espíritu también… Y es ahí que muchas se encuentran frustradas, fracasadas y
vacías, pues no saben como hacerlo.
La Palabra de Dios, registrada en la Biblia es el alimento para
nuestro espíritu, necesitamos dar esa “comida” diaria para él, y si no, a
semejanza del cuerpo físico, nos quedamos débiles, enfermas y se puede hasta
morir. Lo mismo acontece cuando no alimentamos a nuestro espíritu y esa es la
razón por la cual muchas madres cargan el en pecho ese hoyo, un gran vacío, que
solo puede ser llenado por Dios, por Su Palabra y por Su Santo Espíritu.
Ahora usted entiende el porque de en las noches, poner su cabeza
en la almohada y sentir tanta angustia, tanto vacío, es su espíritu gritando
que necesita de alimento, que necesita de la Palabra y del Espíritu de Dios
para quedar fuerte, para llenar ese vacío.
Mamá, no podemos dar lo que no tenemos materialmente y principalmente,
espiritualmente. No podemos ser madres excelentes como queremos ser si esa área
de nuestra vida está desasistida.
Mamá, vuélvase para Dios y busque en Él ese alimento para su
espíritu, ¡así usted podrá dar a sus hijos la receta de la felicidad que tanto
quiere! Porque usted misma la tendrá.
Madres no desisten de sus hijos (ni de si mismas).
Sandra Lages
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