Queridas
mamás, estamos viviendo días difíciles, ¡las tragedias están aconteciendo a una
velocidad espantosa! Desafortunadamente, hemos escuchado a madres y familiares
abalados por ser visitados por alguna de esas tragedias, culpando a Aquél que
en realidad está de brazos abiertos para protegerlos, solo esperando un gesto…
Les cuento una experiencia triste.
Un día,
estaba yo en la parte de atrás del salón de la iglesia, la reunión ya había
empezado, cuando entró una señora a pasos largos y luego, un hombre detrás de
ella, de unos 65 años. El señor empezó a hablar fuerte con ella, que ya estaba
sentada y hacía seña con la mano para que se fuera.
Entonces, me
acerqué a él y le invité para conversar afuera del salón. Él estaba muy
indignado, por el hecho de ella ir a la iglesia. Le dije que debería dejarla
buscar a Dios, pues ella estaba alimentando su espíritu en lugar de estar yendo
a otros lugares o haciendo cosas menos productivas. Fue cuando él se exaltó aun
más, me pidió para no hablar de Dios, porque él tenía un gran resentimiento en
contra de Dios, ya que Él le había "quitado" su mayor tesoro: su
primer esposa.
Ella había
fallecido, él ya estaba casado con la señora que entró en la iglesia a unos 6
años, pero aun lloraba por la primera. La segunda solo era para disfrazar la
soledad, me dijo. Me contó que tomaba a diario y lloraba por su perdida, que no
lograba entender el porque de Dios haberla quitado de él, que Dios destruyó su
alegría, le quitó la razón de vivir. Muy fuerte ¿verdad?
Le pregunto:
¿Qué culpa tiene Dios por la muerte de su esposa? ¿Qué es lo que Dios tiene que
ver con eso? ¿Qué lugar Dios ocupaba en la vida de ese señor? La ex-esposa era
su TODO. Así es, Dios no tiene nada que ver con la muerte de nadie. ¡Él
no tiene placer en la muerte! Pero, son muchas las personas que piensan de esa
manera, atribuyen culpa a Dios por sus desgracias, pero ellas jamás se importaron
con Dios, viven su propia vida satisfaciendo sus propias voluntades, nunca
quisieron saber cuales son las voluntades de Dios, lo que piensa Él, o como
seguir Sus rectos caminos. ¡Prefieren seguir sus propios consejos y cuando
cosechan lo que sembraron, o sea, consecuencias por vivir lejos de Dios,
rápidamente culpan a Él! ¡Qué injusticia!
Dios está
gritando a los cuatro vientos para que sus criaturas se vuelvan a Él, para que
dejen de vivir de acuerdo a la imposición del mal y vengan a disfrutar de la
verdadera vida que Él ofrece.
Dios solo
necesita que vengamos asumir un compromiso con Él, compromiso serio y no de
boca, que llevemos en consideración sus enseñanzas, que son perfectos y siempre
nos llevan a la puerta de la victoria; Él nos ofrece vida plena, suceso en
todas las áreas. Pero… ¿Quién está dispuesto a asumir ese compromiso? ¿Quién
está dispuesto a renunciar sus voluntades (que casi siempre son guiadas por las
emociones y terminan mal), sus errores, sus vicios, fiestas nocturnas etc.?
¡Ese es el problema! ¿Usted aun piensa que Dios es el culpable por los males
que asolan a la humanidad? Reflexione y nos deje sus comentarios.
Madres no
desisten de sus hijos.
Sandra Lages
1 comentario:
uy fuerte esta historia Sra. Sandra pero así es la realidad las personas quieren siempre cosechar lo que no sembraron... saludos desde México
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