Hace muchos años atrás, cuando aún era una
niña, una curandera le afirmó a mi madre (Miryam Rojas) que yo no sería feliz
en mi vida sentimental, no tendría hijos y viviría en soledad al igual que toda
mi familia, lamentablemente en esa época existía una maldición hereditaria en mi casa. El
recuento de los daños de dicha maldición eran muchos.
Uno de ellos fue la
separación. Por el divorcio de mis padres viví una infancia triste, cuando la
mayoría de los niños jugaban en familia, comían en la mesa juntos, hacían
planes de vacaciones, y celebraban las festividades, etc. Hasta el simple
anhelo de poder sacarme una fotografía familiar, era un sueño que nunca pude
realizar.
Mi vida era distinta, los días
Domingos en ves de ser un día feliz y tranquilo, para mi era el día que más
lloraba, por la tarde era aún peor, la escena era frustrante, una mesada
marcaba el fin del encuentro dominical, cuando llegaba la hora de partir era
aún peor, un llanto desgarrador y un "no te vallas papá" gritado
desde mi ventana. Hasta los vecinos podían escuchar perfectamente la escena, mi
madre y yo abrazadas llorando y solas, por el resto de la semana. Esta escena
duró toda mi infancia.... Crecí con muchas carencias emocionales, fui una
adolescente insegura, y sentía un gran recelo al matrimonio, para mi era una
institución fallida, cuando las personas hablaban que el amor se acaba y que no
es para siempre yo era la primera en afirmar que eso era verdad, claro, yo
había sido la actriz principal de la novela y lo afirmaba por experiencia
propia...
En medio a tanto
sufrimiento, mi madre conoció al Dios vivo y a través de la oración, la
maldición fue quebrada. Para ella el principal deseo de su corazón era que yo
no sufriera lo mismo que ella sufrió. Con mucha perseverancia y creyendo en el
poder de la oración logró que se
borraran todos esos traumas y pude llenarme de esperanzas para un futuro en
familia.
La maldición que por
un tiempo parecía haber surtido efectos en mi vida y que apuntaba a que sería
una mujer sola sin amor y sin hijos... Estaba totalmente anulada. Gracias a la
perseverancia y la sabiduría de una madre
en oración.
Actualmente tengo una
familia unida y maravillosa, un esposo que me ama y una hija cariñosa, que
demuestra su amor en cada mirada.
El secreto: La Oración
Perseverante. "Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo
recibiréis" (Mateo 21:22).
Margarita Urbaneja
1 comentario:
Que maravilla es saber que personas tienen la vida trasnformada a través de la perseverancia en oración.
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